Somos nosotros, quienes creamos nuestra propia realidad y llegamos a tener experiencias tan indeseables que pueden ser  dolorosas, que, además nos limitan de alguna manera. Casi nunca sabemos cómo  las hemos creado, o qué  podemos hacer para detenerlas. 

Existe un sentimiento de impotencia sobre ellas, y algunas veces se tiene la impresión de que es algo externo a  nosotros lo que lo genera. 

Cuando suceden estas cosas somos nosotros quienes seguimos  generando nuestra realidad, pero nos encontramos que somos  nosotros mismos los que creamos estas experiencias negativas. Es  decir, nos percatamos que a través de nuestra mente consciente e  inconsciente creamos nuestra realidad,  por lo tanto una afirmación de nuestras facultades creativas, podría ser, “la suma total de  nuestro ser es el maestro absoluto de nuestras experiencias”. 

Esto implica que nuestras creaciones están conformadas por aspectos  conocidos como desconocidos por nosotros. Si tenemos que auto curarnos, de crear experiencias indeseables entonces debemos estar  dispuestos a negociar con las áreas inconscientes de nuestra mente y sanarlas. El área de la mente responsable de crear experiencias indeseables se le denomina “La Propia Sombra”.

La propia sombra la creamos cuando rechazamos nuestros sentimientos  etiquetados como  inaceptables. Con frecuencia  sucede  que  nuestra  sociedad a medida  que crecemos  se nos ordena “ no hagas eso, no seas asi; o no digas aquello”,  pero no nos  muestran  como evitarlo de una manera  sana, de modo que nuestra única forma de lidiar con esos  sentimientos negativos es negándolos y reprimiéndolos en nuestro interior. 

El proceso de represión no elimina esos sentimientos, mas bien los obliga a arraigarse  en nosotros por lo cual  sigue afectando nuestra conducta e influyendo en nuestras  experiencia.  Al ignorar  que están allí, no podemos modificarlos y pareciera que nuestras  vidas  están controladas por algo o alguien externo. 

¿Cómo haremos para reconocer nuestra propia sombra?

Nuestra realidad exterior es un reflejo de nuestra realidad interior. Esto indica que si tenemos experiencias y personas  que no nos  gustan, es importante  aceptar que un área de nosotros está atrayendo esa situación o persona indeseable. Es parte de nuestra propia sombra la que lo hace.  

Antes de poder curarla debemos aceptarla como perteneciente a nosotros y reconocerla. Cuando queda curada, no tiene porque seguir atrayendo más experiencias negativas o, en todo caso, ya no te  afectarán de una forma perturbadora. Podrás vivir tu vida en ese aspecto de una manera equilibrada, libre  de cualquier  tensión y lleno/a de sentimientos y eventos positivos.